No te voy a engañar. La vida es difícil y además hay veces en las que realmente cuesta seguir adelante.
Pero como te he dicho que no te iba a engañar, también te diré que hay pequeñas recompensas que te sorprenden. Que te hacen sentir especial. Que por un momento te hacen olvidarte de lo malo que puede llegar a ser el mundo, o de todos los problemas que hayas tenido. Ese momento, único, ligero, reconfortante... Se llama Felicidad.
Es genial ver cómo hay gente que ha visto tu dolor, porque ha estado junto a ti en los momentos más duros. Ha visto tus preocupaciones. Tus sueños rotos.
Pero también ha visto cómo te has esforzado. No has abandonado. No te has rendido. Aún queda un largo camino hacia el Cielo, tú solito has dado ya un buen paso.
Has dejado atrás las indiferencias, envidias, rencores... Y has optado por abrirte un nuevo camino.
Solo las personas que te quieren, se dan cuenta de ello.
Y se puede decir, que por eso mismo, te aprecian.
Yo quiero dar las gracias a esas personas que brillan en la oscuridad. Que han confiado siempre en mí. Que no se han marchado. Que me quieren. ¡Muchas gracias!
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